Roraima, una experiencia fuera de este mundo

Imerú Alfonzo-Hernández, Museo Geológico Dr. José Royo y Gómez, UCV.
imerualfonzo@extremos.org.ve

Roraima (Madre de todas la Aguas) es el tepuy más alto de todo el macizo guayanés, así mismo es el más emblemático de los tepuyes de la Gran Sabana, por ser el eje de mitos y leyendas en la cultura Pemón y los interesados en el misticismo de la nueva era. También es el hogar de un sin número de especies endémicas de flora y fauna, que nos regresa a la era de los dinosaurios. Un mundo mágico y lleno misterio a cada paso que damos. Centímetro a centímetro Roraima te dejará sorprendido con su belleza, transportándote fuera de este mundo.



Con estas palabras empezamos una caminata que por lo general dura mínimo unos seis días, es una mezcla de momentos de relax con instantes de intensa actividad física que paso a paso nos hace preguntarnos que hacemos allí, pero es tal la belleza paisajística del lugar que todos quedan maravillados ante tal majestuosidad y sin perder tiempo empezamos a caminar. Generalmente se debe llevar un peso al que no estamos acostumbrados, pero este al pasar los minutos y las horas se vuelve parte misma de tu ser. El recorrido inicial es en sabana, descendiendo una pequeña loma para luego enfrentarte a la subida del diablo, nombre que le dan los pobladores locales, y que seguramente nosotros compartiremos. Este es el momento más duro de este día y una vez superada la subida nos percatamos que hasta Sabas Nieves es más fuerte, simplemente el peso del morral te ha dado la bienvenida una de las caminatas más buscadas en el mundo. Desde allí el camino se hace más suave hasta llegar a Tök Parú (Río Toék) donde seguramente acamparemos. Desde allí tendremos una excepcional vista del Tepuy Kukenán y en la coche un espectáculo único bajo las estrellas.



La subida empieza formalmente, hemos llegado a las laderas bajas de Roraima, luego del paso por el Río Kukenán subiremos poco a poco por colinas bajas hasta alcanzar la base del Tepuy, ya en este punto nuestros ojos se maravillan ante tal enormidad y muchos realmente dudan si en verdad es posible subir por sus paredes. Al estar en la base solemos reflexionar y ver lo infinitamente pequeños que somos y al mismo tiempo la importancia de cada una de nuestras vidas, cada grieta, cada roca que observamos tiene más de mil millones de años y nos conecta con tiempos primigenios donde quizá solo existían unas pocas bacterias. Superando la base ahora nos enfrentamos a la rampa, formación pétrea que nos permite subir de forma muy accidentada al Tepuy y donde más de uno pensará que este objetivo es inalcanzable. Es este trayecto descubriremos un nuevo tipo de vegetación que va evolucionando a medida que ganamos altura, son muchos los sitios que encontraremos para contemplar y admirar la dinámica casi congelada de ese mundo perdido. Trasladándonos prácticamente en el tiempo hasta llegar a la cumbre, donde seremos recibidos por una cantidad increíble de formas petrificadas por el tiempo. Generando en muchos un sentimiento de temor y admiración ante el arte de la naturaleza.



Ya en el hotel, cuevas y abrigos que sirven de refugio para los excursionistas, instalaremos el campamento y descansaremos para en la mañana salir bien temprano a recorrer la cima del Tepuy, una superficie rugosa, áspera, llena de grietas y formas irregulares se combinan para dar vida a una increible cantidad de especies vegetales en donde prevalecen las plantas carnívoras y las especies más vistosas de esas alturas, que en general transmiten una experiencia avasallante para todo el grupo. Recorreremos según nuestros intereses y las condiciones del clima lugares realmente irrepetible, como el abismo o la ventana a Kukenán, La Catedral o el Jardín Nipón, divisando las formaciones más curiosas que parecen esculpidas por los dioses de Canaima. Caminos de arenas rosadas nos sumergen nuevamente en un mundo subreal que llena cada espacio de nuestras pupilas y nos sumergen en gélidos yacuzzis de cristal de roca y cuarzos prismáticos, puentes colgantes y figuras rocosas ajenas a la fuerza de gravedad. Definitivamente una experiencia mística y fastuosa sin ningún tipo de humildad por parte de la madre naturaleza.



Una excursión no apta para los débiles de espíritu, Roraima no es un reto fácil, tampoco imposible, pero más que físico es mental. Deberás conocerte muy bien y preparar tu mente para el trekking por excelencia de los mejores excursionistas del mundo. Vence tus miedos y regresa siendo mucho más de lo que ya eres, cambiará tu manera de ver el mundo aumentando tu capaces de ver la verdadera belleza e importancia de la cosas.

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