Rapel, mi primer deporte extremo

Imerú Alfonzo-Hernández, Museo Geológico Dr. José Royo y Gómez, UCV.

imerualfonzo@extremos.org.ve



Muy temprano salimos cargados con mucho peso, cuerdas, mosquetones, descendedores, arneses, cintas tubulares, guantes y mucha, pero mucha emoción. En la busca de un lugar donde podamos colocar anclajes y lanzar la cuerda al vacío en pos de la adrenalina, es la sensación del descenso controlado por nuestras manos que nos deja un sentimiento que mezcla la autosuficiencia y el temor en igual porcentaje, donde dejamos caer nuestro cuerpo con la seguridad de que tanto el equipo técnico como el de seguridad jamás fallarán! Eso es el Rapel, una técnica de descenso autónomo por cuerda. Más allá de definiciones y términos teóricos es un estilo de vida que te abre paso a los deportes de aventura, en especial a los que utilizan cuerdas, incluyendo el montañismo. Es normal ver como personas temerosa, sedentarias y que solo quieren estar frente a la TV o jugando con equipos electrónicos descubran que era lo que faltaba en sus vidas, y es esa emoción de caer y maniobrar durante ese lapso de tiempo que permite afianzar la seguridad en nosotros mismos y comprender que somos mucho más de lo que nos habían dicho, y vencer las limitaciones impuestas por nuestra crianza. Así es el Rapel, una acción liberadora de espíritus y que día a día nos nuestra con su seguridad que podemos controlar el riesgo y alcanzar todos nuestros objetivos.




Al iniciar la práctica de esta disciplina de montaña lo primero que debemos tener es un buen guía e instructor, de preferencia uno certificado por una organización reconocida y que disponga de experiencia demostrable, alguien que tenga años en el área y sea recomendado de preferencia por otras personas con experiencia. Este instructor será nuestro gurú en el área de seguridad y le deberemos estricta atención en todo lo referente a la práctica, pues es él quien debe garantizar nuestra seguridad. No es raro empezar a ponerse el equipo y estar algo perdidos, pues esto es nuevo para nosotros, este equipo siempre debe ser supervisado por el instructor y por nuestros compañeros de salto. Con el equipo en su lugar y ya en el sitio de salto empieza el temor a rondar por nuestras mentes, ese sentimiento aprensivo que llena nuestro pecho de temor hasta que es instructor dice: “ ahora desplázate hacia atrás y ve aflojando la cuerda de forma controlada” , ya en ese instante el miedo cambia a pánico y por esos breves instantes pensamos “ quien me mandó a venir para acá ” y entonces ya separados del sitio de salto nos percatamos que estamos plácidamente descendiendo por la cuerda y todos esos sentimientos negativos se convierten euforia y armonía, una mezcla extraña dentro del torrente de adrenalina.



Al llegar al suelo entendemos que es algo muy seguro y que no solamente queremos hacerlo de nuevo, sino que nos es necesario, y aunque algunos lo realizan un par de veces y lo miran con respeto, otros adoptan el sentimiento de haber vencido miedos internos y buscan aprender cada día más, siempre pensando en un descenso más perfecto, controlado, acrobático e incluso de mayor longitud. Es el torrente de emociones que nos impulsa a ir más allá de lo que inicialmente pensamos que podríamos hacer. Definitivamente nos hace crecer y descubrir que no existen retos que con nuestra mente no se puedan vencer. El Rapel sin duda alguna un estilo de vida.



Para obtener más información de en donde practicar Rapel y encontrar buenos instructores puedes buscar el grupo de facebook llamado “Rapeleros Extremos de Venezuela” allí te podrán orientar y encontrarás personas interesadas en compartir rutas y actividades que te llenarán tanto de satisfacción como de regocijo. Descubriendo todos los maravillosos lugares que nuestro país tiene para desarrollar actividades extremas.

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