Exploración de cuevas (Espeleología)

Imerú Alfonzo-Hernández, Museo Geológico Dr. José Royo y Gómez, UCV.

La exploración de cuevas y su estudio constituyen el fundamento de la Espeleología. Esta actividad, científico - deportiva, surge como tal a finales del siglo XIX en Francia, y el término es acuñado por el explorador francés E. A. Martel y posteriormente empleado formalmente en escritos por Emile Rivière. Inicialmente se extiende por Europa en pocos años y a principios del siglo XX llega hasta América. Esta actividad en su faceta deportiva, ofrece impresionantes aventuras en la naturaleza, ya que en el transcurso de un fin de semana o en apenas un día, el espeleólogo o espeleista puede sentirse trasladado a un mundo tan remoto como puedan ser las profundidades abisales o la superficie lunar.

Por otra parte, las actividades científicas en las cuevas hacen aportes importantísimos dentro de diversas especialidades, como la Bioespeleología, Geoespeleología, Espeleoantropología, Hidroespeleología, Espeleología Física, Espeleopaleontología, Espeleofisiología, etc. Es indiscutible que el espeleólogo sea científico y deportista; debe poseer unas mínimas condiciones físicas para afrontar los rigores del mundo subterráneo, ya que en las profundidades se puede encontrar desde las cómodas cuevas horizontales hasta profundas simas (conductos verticales) o complejos sistemas laberínticos. Hay todo tipo de cavidades que requieren distintos niveles de preparación y experiencia. La práctica de este deporte requiere en mayor grado preparación mental. El aislamiento en un entorno donde se pierden las referencias tanto temporales como espaciales, y la certeza de estar en ocasiones muy lejos de la salida en total oscuridad afectan psicológicamente al explorador si no se está preparado para ello.

En exploraciones complicadas, el conocimiento, la autosuficiencia y el espíritu de equipo son fundamentales, ya que el mundo subterráneo puede ser fantástico o terrible según la preparación o predisposición del espeleólogo, a nivel deportivo o de aficionado se le suele denominar espeleismo y los practicantes de esta disciplina buscan mejorar los tiempos de travesía, alcanzar más profundidad o realizar los recorridos más complejos, aunque es una actividad de alto riesgo y desgaste sus practicantes al seguir los protocolos mínimos de seguridad suelen pasar la mayor parte de sus vidas sin sufrir accidente alguno, lo que hace que muchos exploradores realicen estas prácticas en busca de adrenalina.


En Venezuela existen muchas alternativas para desarrollar estas actividades, existiendo cientos de cuevas de fácil exploración y guías bien preparados para llevarnos a las profundidades más extremas de nuestro territorio, haciendo de esta actividad un estilo de vida.


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