Huella de Carbono, una herramienta hacia el desarrollo sostenible
Imerú Alfonzo-Hernández, Museo Geológico Dr. José Royo y Gómez, UCV.
La continua búsqueda de los humanos por alcanzar mayores niveles de comodidad y el afán desmedido de consumo, han llevado al planeta a una situación de crisis que apenas hoy estamos identificando. Sequías, inundaciones, heladas, cambios en los patrones atmosféricos y el aumento del nivel del mar, son apenas algunos síntomas que han sido detectados en los últimos 60 años. Las Naciones Unidas han denominado a este proceso Cambio Climático para referirse las variaciones climáticas producto de las acciones directas e indirectas de los seres humanos y la separa de la Variabilidad Natural del Clima que es considerado un parámetro aditivo dentro del proceso me modificación de la atmósfera en períodos de tiempo comparables.
Este proceso de cambio dentro de los parámetros físicos-químicos de la atmósfera obedece a la incorporación excesiva de algunos Gases de Efecto Invernadero (GEI), como lo son el Vapor de Agua (H2O), el Dióxido de Carbono (CO2), El Metano (CH4), los Óxidos de Nitrógeno y los Cluorofluorocarbonados, que tienen el potencial de retener el calor solar dentro de esta capa gaseosa del planeta, alterando su temperatura y densidad. Uno de los gases que más aporta a este efecto es el CO2 que es producto del deshecho de la combustión del Carbón y los derivados del Petróleo, como la gasolina.
Estas emisiones de CO2 determinan el grado de contaminación que entra en la atmósfera y genera un aporte al conjunto de GEI, es por ello que un grupo ingenieros franceses encabezados por Jean-Marc Jancovici decidieron calcular la equivalencia entre todas las actividades humanas y su aporte en kilogramos de CO2. Eso significa que cuando una persona come, se traslada o compra un producto, está directa e indirectamente generando un aporte al cambio climático. Recordemos que para comer una hamburguesa necesitamos criar una vaca, alimentarla con pastos donde ante habían árboles, cosechar vegetales, más deforestación, realizar procesos industriales que consumen electricidad y generan desplazamientos humanos y el transporte que se requiere para poner juntos estos ingredientes y luego a nuestro alcance, ah! y claro la energía de refrigeración y cocción.
Todos estos son procesos que pasamos por alto cada vez que consumimos o compramos bienes y servicios, pero todas las actividades humanas hoy en día producen emisiones y como responsables de estas debemos reducirlas. La Huella de Carbono nace con la visión de generar un indicador cuantitativo de emisiones de GEI producto del estilo de vida de una persona o grupo de ellas, y permite medir, comparar y tomar decisiones para disminuir el aporte de estos contaminantes a la atmósfera. Las ecuaciones y factores de conversión que permiten realizar estos cálculos son algo complejos, pero un buen conjunto de paginas web ofrecen la posibilidad de calcularla e incluso dan tips para disminuirla. Otro punto importante es que permite calcular cuantos arboles debería sembrar usted para llevar esas emisiones a cero o por otro lado comprar bonos de contaminación para así financiar actividades conservacionistas y lavar su conciencia al estilo del siglo veintiuno.
Definitivamente el futuro nos ha alcanzado y nos guste o no, debemos tomar medidas para bajar nuestra huella de carbono y así asegurarnos un siglo XXI mas benigno. Seguramente este siglo será conocido como el despertar hacia la naturaleza. Existen varios servicios web que podrán guiarnos en la labor de mejorar nuestra actitud ante la madre tierra y definitivamente disminuir e incluso borrar nuestra huella de carbono del planeta, sitios como: www.mycarbonfootprint.eu, www.huellacarbono.es, www.carbonrally.com, nos permitirán establecer estrategias para economizar dinero, recursos y dirigir al mundo hacia un hogar más sostenible.
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